El agua es un bien escaso que debe preservarse. Pero está claro que nuestro jardín necesita el riego suficiente para que plantas y flores crezcan vigorosas y sin problemas. Para optimizar mejor el riego hay sistemas que nos hacen la vida más fácil y también tendremos en cuenta diversos parámetros.

Superficie y extensión

El riego depende de muchos factores. Uno de éstos es la extensión que ocupa nuestro jardín. En función de ello, los sistemas de riego serán distintos. Las mangueras son una buena opción, si el terreno no es demasiado grande. En todo caso, la manguera extensible nos permite desplazarnos más allá y extenderla hasta el triple de su longitud original. Es la mejor manera de llegar fácilmente a puntos alejados.

Cuando el jardín abarca una gran superficie, entonces están los aspersores y los otros sistemas programables que aúnan eficiencia y tecnología para facilitar la vida al usuario y ahorrar agua.

Según la estación del año

En épocas calurosas, las plantas van a necesitar más riego. Pero no por ello debe ser un gasto extremo. En primavera y verano, podemos regar a primera hora de la mañana y a final del día porque, cuando el sol no aprieta, se garantiza una mejor penetración del agua. Cuando nos encontramos en otoño e invierno, el agua de la lluvia sirve ya para el riego, y las plantas no necesitan tanta agua en general, aunque deben ser regadas debidamente.

Según el tipo de planta

No todas las especies son iguales. Algunas van a necesitar más riego que otras. Ante todo, si no estamos seguros, siempre es mejor dejarnos aconsejar por alguien que entienda y nos ayude a optimizar el riego según la planta. De esta manera, no solamente ahorraremos agua, sino que no habrá riesgos de que la planta pueda sufrir o no esté debidamente regada.

Consejos

Hay algunos trucos que nos ayudan a optimizar el riego del jardín. Por ejemplo, siempre hay que regar más cuando la planta empieza a crecer mientras que si la planta se encuentra en un lugar donde le da menos la luz tampoco necesita tanta agua. También se aconseja no regar poco y de golpe, sino espaciar el agua y no concentrarlo en un día. En verano, especialmente, el riego debe ser continuo, pero siempre dentro de unos horarios determinados.

Programadores

Gastar agua, alegremente, es cosa del paso. Para esto, los nuevos sistemas permiten que el usuario no tenga que preocuparse de saber cuándo toca regar, y la optimización es del 100%. Por ejemplo, con el programador de riego inteligente Cloud Controller se controla el riego del jardín desde el móvil, sea con el sistema operativo Apple o Android, con la unidad de grifo remoto y concentrador de Hozelock.