arboles frutales: riego y cuidados

Los árboles frutales se distinguen por su aroma y belleza visual. Adornan cualquier patio, terraza o granja. Los  frutales son aquellas plantas cuyas flores se convierten en fruta. Los más comunes en la Península Ibérica son el manzano, el peral o el naranjo.

A parte de darnos cada año una cosecha de frutas naturales, los frutales son también un excelente complemento estético y decorativo para nuestras casas y fincas.

Uno de las mejores épocas para disfrutar de los frutales es el fin del invierno y el comienzo de la primavera. Como sabemos, cada época tiene su forma de tratar a los frutales; por ejemplo, la mejor estación para la poda de árboles es sin duda el invierno. Igualmente la primavera es una de las temporadas esenciales si queremos conseguir una buena cosecha.

A continuación comentaremos cómo hay que cuidar los arboles frutales, para poder mantenerlos sanos y conseguir año tras año una deliciosa cosecha.

arbol frutal - cerezas

¿Cómo cuidar los árboles frutales?

Sin olvidar nunca que la temperatura y la posición geográfica son importantes factores a tener en cuenta, el cuidado y mantenimiento de los frutales es esencial para conseguir un buen número de frutas.

De lo contrario, puede que el árbol muera, contraiga alguna enfermedad o no produzca su fruto de forma regular. Normalmente son tres los cuidados básicos que hay que realizar a este tipo de árboles.

 

La Poda

El objetivo de esta operación es que el árbol crezca de forma fuerte y saludable. También es útil para eliminar las ramas débiles o mal posicionadas que dificultan el crecimiento del árbol o que crean zonas demasiado oscuras y que no permitirían al árbol de “respirar” bien.

Injertar los frutales

Es técnica permite modificar algunas características del árbol para que este mejore. La idea es introducir una parte de la planta en otra con el objetivo de que ambas crezcan como una sola. Se suele utilizar esta técnica para, por ejemplo, mejorar o crear variedades de frutales.

La fumigación

Este tipo de plantas, como cualquier otra, es posible que enferme y contraiga alguna enfermedad u hongo que dañe al frutal. Un medida para solucionar esto es la fumigación; empleando productos químicos y naturales es posible solventar este problema.

 

Variedades de árboles frutales

En el mundo hay miles de variedades de árboles frutales. Alguna especie crecen mejor con un clima más templado, mientras que otras solo las podremos encontrar en países tropicales o con un clima siempre húmedo.

Vamos a ver aquí algunos de los tipos de frutales más comunes.

El naranjo

árbol frutal naranjo

 

El naranjo (Citrus sinensis) es un árbol frutal originario de China, Traído a Occidente por los árabes. Se desarrolla bien en climas suaves y cálidos. En España se cultiva sobre todo en Valencia y en zonas de las Tierras del Ebro.

Es un árbol sensible al frío y no soporta la excesiva humedad.

 

El manzano

árbol frutal manzano

La manzana es un fruta que soporta climas fríos. Este tipo de árbol frutal es muy fácil de plantar y crecer y puede llegar a ofrecer más 100 Kg de manzanas al año.

 

Cuidados y consejos para los arboles frutales

 

Es muy importante proteger los frutales, sobre todo, a finales de invierno – principios de primavera, de posibles heladas. A diferencia de lo que podemos pensar el problema por el frío no suele ser en invierno sino que el momento más delicado es justo cuando la primera floración de los frutales aparece. Si se produce congelación el árbol no producirá frutas esta temporada.

Esta situación cada vez es más habitual debido a los grandes cambios de temperaturas de los últimos años. Entonces no será extraño encontrarnos con nevadas en primavera.

Para proteger nuestros arboles frutales de las heladas existen diferentes métodos en función del tipo de árbol, de la localización geográfica y de la cantidad de arboles que tenemos.

Lo primero será intentar mantenernos informados de las previsiones climatológicas para saber en que momento una posible ola de frío puede afectar a los árboles.

A continuación, se podrán aplicar unos protectores de plásticos, lonas de plástico que se ponen durante la noche para evitar que la helada caiga sobre los frutales. Este método es bastante efectivo y popular.

Otro sistema son los calentadores de frutales, o sea dispositivos que mediante combustible generan calor. Estos calentadores se instalan entre hileras de árboles frutales para aumentar la temperatura y evitar que las flores de los árboles se congelen. Este método es por supuesto mucho más caro de lo anterior y no tiene sentido si se poseen solo unos pocos frutales.

 

Otro cuidado importante es el abono. Los frutales son de los cultivos que más nutrientes consumen y a parte utilizar un abono especial para frutales en primavera, será buena costumbre realizar un buen abonado a finales de invierno compuesto por materia orgánica con estiércol, compost o humus de lombriz.

Un frutal bien alimentado le permitirá no solo conseguir todos los nutrientes que necesita sino que también le protegerá de las plagas y demás enfermedades. Ya, en cuanto las plagas son uno de los problemas que pueden echar a perder nuestra cosecha y en ocasiones también nuestro árbol frutal. Para evitar esta situación a parte de nuestros cuidados, se podrán adquirir en las tiendas y centros especializados productos químicos específicos.

 

Otra tarea de mantenimiento muy importante para la obtención de una buena cosecha es la poda, la cual, como ya mencionado antes, es una manera de rejuvenecer al árbol y favorecer la formación de nuevos brotes. La mejor época para realizar esta tarea es cuando el árbol está entrando en reposo vegetativo, o sea en noviembre.

 

Cuidado de árboles frutales en invierno

En invierno se podrá aprovechar para plantar un frutal, realizar la poda, o algún injerto.

Si al contrario ya tenemos frutales en nuestros jardines, entonces podremos aprovechar de la parada vegetativa que tienen muchos arboles en invierno para realizar algunas tareas, como retirar las malas hierbas alrededor del tronco del frutal, enderezar los troncos si son frutales jóvenes y abonar el árbol.

 

El riego de los árboles frutales

Por supuesto hay que adaptar el riego a cada especie. Cerezos, ciruelos y otros Prunus, por ejemplo, necesitan muy poca agua y no les gustan nada los suelos encharcados.

Hay también que tener cuidado en la época de floración y última fase de maduración del fruto. Aquí un exceso de agua puede provocar una caída de flores o un rajado de los frutos respectivamente, sobre todo en el caso de mandarinas o naranjos.

En todos casos el primer año no debe faltar el agua, pero en años posteriores se pueden ir reduciendo los riegos.

Como visto entonces, la frecuencia y cantidad de riego depende de múltiples factores: la especie, la dimensión del árbol (más grande más agua), de la estación del año (en primavera más agua respecto al invierno) y de las características del suelo (cuanto más húmedo, menos riegos).

 

El método más utilizado para regar frutales es el riego localizado, que puede ser por goteo o por microaspersores. Será importante mojar gran parte de la zona de raíces y no solo junto al tronco.

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