Invasivas y dañinas, las malas hierbas se han adaptado para sobrevivir y crecer en todas partes; incluso en los jardines mejor cuidados nos encontramos este problema.

Estas malezas suelen crecer en muy poco tiempo y ocupan patios, caminos, céspedes o macizos de flores. No les importa el lugar o las temperaturas, ellas siempre logran adaptarse y prevalecer  sobre las demás especies.

Las malas hierbas realmente son plantas que no tienen valor alguno agrícolamente hablando, y por eso dañan cosechas y flores siendo organismos totalmente parásitos. Muy a menudo  arrebatan el agua y sustento a otras plantas. Además, por si no fuera suficiente, algunas de estas malas hierbas también pueden resultar ser fuentes de alergias que pueden dañar tanto las demás plantas como a las personas.

Los hierbajos crecen desde las semillas y obviamente van madurando a lo largo de toda una temporada. La naturaleza suele ser sabia y las malas hierbas son un ejemplo. Antes de secarse esparcen sus semillas y en la temporada siguiente germinan. Estas especies crecen de una manera muy rápida y al producir una gran cantidad de semillas suelen permanecen en el suelo durante muchos años. En algunos casos hasta pueden completar varios ciclos de vida incluso durante la misma temporada, y por esta razón se recomienda eliminarlas antes de la floración.

Otras clases de malezas pueden perdurar en el tiempo hasta que se convierten en perennes, sobreviviendo todo el invierno gracias a la acumulación de sustancias directamente en las raíces. Obviamente, tras esa operación, pueden propagarse la primavera siguiente germinando con sus hojas. Lo que quizás pueda sorprender es que durante las varias operaciones que se efectúan cuando se trabaja la tierra, estas raíces se rompen favoreciendo automáticamente su difusión.

 

Ahora que conocemos mejor las malas hierbas y su modus operandi, intentamos aprender antes cómo prevenir y derrotar a estas temibles enemigas de nuestros espacios verdes. La primera pregunta que surge es:

¿Cómo podemos evitar que las malas hierbas ataquen y se establezcan de manera definitiva en nuestro jardín, huerta, patio o jardineras?

Contamos con algunos consejos para disminuir aparición de malas hierbas:

– Colocar sal gruesa en las ranuras que se crean en nuestro jardín, patio o caminos.

– No dejar un terreno demasiado tiempo sin cultivar porque será presa fácil para las malas hierbas. Coloca grava o arcilla expandida para prevenir.

– Disminuir tanto las fertilizaciones como los riegos en la zonas que se identifican como las que están más en riesgo de contaminación por parte de las malezas.

– No extirpar la planta en la fase de floración porque en este caso se ayudará la propagación de las semillas.

 

Al contrario, cuando el problema ya es establecido, hay que recorrer a soluciones más drásticas. Podemos elegir entre un buen abanico de posibilidades. Vamos a intentar conocer algunas de las maneras para conseguir deshacernos de este problema intentando aprender cual más se ajusta a nuestro caso.

 

– Deshierbe

Se trata de un método bastante común y fatigoso que consiste en la extirpación manual de las malezas. Se realiza cuando las hierbas ya están crecidas con la ayuda de una herramienta común como la azada. Para que el éxito de esta operación sea alto es aconsejable antes de la operación mojar el terreno circundante para favorecen la extirpación, y en ocasiones donde resulte más complicado utilizar directamente las manos para arrancar las raíces más tercas. En tiendas especializadas también encontramos extirpadores manuales con muelles que ayudan al buen resultado de la operación.

En Hozelock podrás encontrar un cómodo modelo de deshierbador electrico, un producto que no necesita de sustancias químicas y se puede utilizar con tan solo conectarlo a la red eléctrica. Este modelo  suministra una pulverización focalizada de herbicida exactamente donde es necesarion para evitar daños en las plantas circundantes.

-Acolchado

Es una metodología bastante eficaz que trata de limitar el crecimiento de las malas hierbas. El procedimiento consiste en cubrir la tierra con una capa de material orgánico como hojas, trozos de corteza, virutas de madera o fibra de coco. Esta operación se utiliza principalmente en macetas, huertos o en tiestos.

 

– Quema

Obviamente, como sugiere el nombre de la práctica, se trata de un sistema que utiliza el calor para crear un “shock térmico” gracias a los rayos del sol. Se trata de una técnica ecosostenible con un bajo impacto económico y ambiental,que podemos implementar de una manera bastaste fácil y sencilla durante el verano.

El terreno debe de ser privado de todo cultivo. Se extiende una fina capa de plástico en forma de película asegurándose de que esa adhiera bien al terreno, enterrando bien los bordes para que se la capa quede bien fijada al suelo. Hay que dejar colocado el plástico un período de tiempo que varía entre mes y mes y medio, cuando los rayos del sol podrán hacer su trabajo. Estas altas temperaturas que se crean en las primeras capas del terreno lograrán esterilizar y limpiar el terreno derrotando todas las malas hierbas y dejando libre el espacio para su cultivo.

– Herbicidas naturales

Como en todos los campos de la vida siempre hay remedios naturales y también en este caso hay soluciones interesantes. Vinagre, vodka o agua a 100º grados pueden ser muy útiles. Tan solo hace falta introducirlos en un pulverizador y rociar el contenido directamente sobre las raíces.  Un herbicida natural se puede tranquilamente componer en casa mezclando, por ejemplo, agua y vinagre, o agua y vodka. En este caso para acabar correctamente el compuesto y hacerlo efectivo deberemos añadir una pequeña cantidad de sal.

 

Supuestamente una vez que extirpamos estas malas hierbas manualmente, ¿qué debemos y o podemos hacer con ellas?

Consultando las guías se puede llegar a entender cuáles de estas hierbas se pueden utilizar en cocina para preparar por ejemplo tortillas, ensaladas o tisanas. Por lo menos, ya que nos dan tanto trabajo, darle de alguna forma una salida podría ser una idea interesante, siempre prestando mucha atención, ya que algunas de estas plantas no son comestibles.

 

En conclusión tras leer esta guía, podemos decir que seguramente no se trata de una tarea fácilmente manejable por cualquiera, y que para cada situación hay que encontrar la manera más correcta para corregir el problema.

Eso si no debemos de olvidar una cosa, cuanto antes acabaremos con estas malas hierbas, mejor porque, al contrario, ellas acabarán con la belleza de nuestros jardines y, por supuesto, también con nuestra paciencia.